Deivmoniaco.
2014-01-21 07:19:10 UTC
Deivmoniaco
"Por un momento pensé que el centelleo del retrovisor volvía a secuestrar mis sentidos, pero no. El aura que apareció frente al cofre del automóvil paulatinamente delineaba aquella silueta mágica e impactante. Bueno, delineaba una parte, la que supuse sería el rostro. La cara, el perfil más bello que jamás hubiesen soñado mirar mis ojos, mis ojos aún envenenados por los sedimentos de la secreción de mis glándulas del pánico.
Volví a restregar poderosamente mi sentido con la curva que hacen ambos pulgares al hacerlos cumplir aquella función despabilante, luego ambos dedos índices penetrando hasta el glóbulo ocular mismo y enseguida las palmas de ambas manos refregando el rostro completamente.
Ahí estaba eso… ella… aquello. No pude definirlo entonces y no logro definirlo ahora.
Mi primer reacción supongo produjo algún impacto en el ente que también me miraba y dio apertura lentamente a sus labios perfectos, labios que contenían el mismo crepúsculo agonizante de la luna que ya describí y que testificaba aquel encuentro; se inflamaron un mínimo sus pómulos y su nariz -apenas detectable esta última- y era como si intentara ahogar un grito en la plenitud de la noche.
También yo emulaba su acto y abrí mi boca como si intentara ahogar un grito en la inmensidad de la nada y de mi propio asombro.
Pero no fue así…
Al abrir el escarlata mágico de sus labios la imagen con la entidad misma parecía que se proyectaban delicadamente en el espacio desde la defensa y el frente del auto hacia el parabrisas y vi aquella nívea, inmaculada y casi transparente cara frente a mí. No sé el género, no era lo interesante y no lo puedo concretar, precisar. Lo sugestivo, lo interesante, lo fascinante eran sus facciones perfectas y sus ojos.
Aquella existencia era de naturaleza distinta. Su rostro parecía la culminación de la obra magna de Dios. La perfección era una palabra sin sentido frente aquel hermoso rostro… lo que sigue y que nadie ha inventado es la que le correspondería. En una ligera mueca que hizo y que parecía una sonrisa se encontraba el origen del universo. Y sus ojos… unos ojos tan negros, de un opaco entre cósmico y acuático. Un negro que penetraría el alma de todo aquel que en ellos se refleja.
El vaho que emano de sus labios entreabiertos y no grito alguno, empañó el cristal del parabrisas y unas letras aparecieron al disolverse el contorno del mismo. Decían: "Ven"
Por cierto, no era un aura a su alrededor. No era el fulgor que vi en un retrovisor. Al acercarse de manera fantasmagórica hacia mí, lo aprecie perfectamente…
Alas.
Eran unas alas tan blancas que esplendían. Eran unas alas enormes y majestuosas.
Volvía mirar el reloj. Eran las 11:46 P.M.
El tiempo no transcurría.”
Insisto, lean Hushhush.
Continuará…
Deivmoniaco. Marca Registrada. Derechos registrados. Izquierdos registrados. Todo registrado.
“La palabra es más poderosa que un sable”
No recuerdo quien.
Pd. Pueden intentarlo aún. No es difícil lanzar una idea y seguirla. Cualquier idea. Atreverse es el asunto. Podemos, vg, pensar no en un ángel caído, tal vez un vampiro encantador, un extraterrestre no en la simpleza del término, una hada renovada y actualizada. En Dios mismo, Satán mismo. Uno mismo en otra dimensión. El etcétera es más grande que el infinito.
Salud y ciao.