Me ha sucedido cosa curiosa..
Escribo, sin un tema o meta.. sólo escribo y exhalo, y escribo una especie de historia, sin fin, sin comienzo, pero poco a poco siempre toman la forma, sutil, cínica, en doble sentido, una historia aparentemente impropia, como si alguien vestido de mí, hablara de mí mismo en tercera persona, de cualquier modo, siempre sobre mí, lo que creo es yo, mi contemplar, mi entorno, mi haber, estar, oler, masticar, golpear, improvisar, y respirar... siempre fluye sutil, y cínico...
Al menos cuando escribía..
Pienso que siempre, seamos o no escribientes, nos sentimos atraídos por historias que querríamos leer, o en su defecto vivir.. Acaso no la historia mas bella?, o el amor triunfante?..
Que a pesar de tantos errores, tropiezos, llegamos a ese ´´Te amo eterno´´, existente, carente, violento... nuestro... y quedarnos con el trofeo sabor dulce de esos labios que te vencen al final de tu existir, para enseñarte a vivir...
Pero no, le escribes una carta de agradecimiento(o maldición) al dolor, a tu imbecilidad, a las horas desperdiciadas, al insomnio desperdiciado, a la poesía no escrita, al amor no tuyo...
Que alma tan bella el que dibuja el instante mismo en que las cosas pueden ser...
Aunque por ahora no..
No existen...